Al espectador se le presentan banderas con retoques que a larga distancia parecen muy sutiles debido a que la impresión de los billetes ha sido concebida para que sólo sean éstos claramente visibles a media distancia y que el público necesite el esfuerzo de prestarle atención detallada.
Serie de banderas que se caracterizan por tener trazos de billetes que se superponen y camuflan en los colores de las mismas. Los billetes suelen ser los emitidos por dichos países, aunque ciertos países en vías de desarrollo o tercermundistas tienen también billetes de las economías más importantes del mundo como reflejo del neocolonialismo o de la deslocalización del sector secundario en el primer mundo hacia los países en vías de desarrollo, que en los últimos años ha provocado un enorme aumento de la inversión de las potencias económicas en países hasta entonces considerados tercermundistas. Otro factor a tener en cuenta es el uso de logos de grandes empresas dentro de las banderas, los cuales se añaden superponiendo o directamente sustituyendo los símbolos nacionales. En las banderas de los países desarrollados aparecen los logos de las empresas con sede en dichos países, mientras que en los países en vías de desarrollo y tercermundistas suelen aparecen empresas tanto nacionales como extranjeras que hacen negocio allí, como ejemplo de una economía cada vez más globalizada.
Discurso general de todas las banderas en su conjunto:
Los estado-nación tradicionales han cambiado durante estos últimos años y muchos autores opinan que hemos llegado al fin de esta tipología de concepción estatal que data desde el Siglo XIX. Sin embargo estos cambios no son visibles a simple vista y es necesario tanto observar como analizar detenidamente los cambios que se han producido en los últimos años.
Como reflejo de estos cambios sustanciales aunque todavía poco evidentes a simple vista, la bandera (el símbolo por antonomasia de los valores del estado-nación), es el elemento elegido para encarnar físicamente este conflicto entre el cambio drástico en el fondo y la aparente continuidad en las formas y el discurso, ya que la obra se concibe para que el espectador crea en la lejanía que está ante los tradicionales símbolos nacionales mientras que si se acerca descubrirá que es el mercado global, -encarnado en la impresión de los billetes- el que ha colmado la totalidad de la superficie de la bandera y del estado nación, cambiando totalmente de sentido y despojándolo de sus ideales nacionales aunque del modo más sutil posible, ya que no hay que olvidar que el concepto nación posee unas enormes cualidades cohesionadoras de las sociedades a través de los sentimientos identitarios que el nuevo sistema no quiere ignorar. Por eso, ya no estamos ante una bandera, sino ante un nuevo elemento que usa la inspiración y la apariencia de estado-nación sin serlo ya realmente. Ya no vivimos en naciones sino en lo que podría catalogarse cómo “marca”, término que sin tapujos usan ya a día de hoy los medios de comunicación de masas.
Subyace la idea de que el dinero ocupa homogéneamente los ideales nacionales que ha sustituido pero sin terminar de llenar nada, como ocurre en la actualidad, que ha terminado por ocupar la totalidad de las relaciones sociales y productivas pero parece dejar un vacío existencial o moral que no es capaz de llenar por sí mismo.
El uso de los logos de las grandes empresas y corporaciones dentro de los escudos, estrellas o símbolos nacionales se deben al intento de reflejar por un lado, la desintegración de los ideales nacionales en pro de la productividad del mercado global como, por otro lado, de reflejar quiénes son los intereses que promueven estos cambios y a quienes realmente benefician.
Con la acción de acercarse para ver los detalles que casi pasarían de desapercibidos a media distancia se intenta reflejar que los medios de comunicación nos presentan una visión de la realidad interesada a la cual hay que acercarse e interpretarla para llegar a tener una visión más realista de ella. Es decir el modo de observar la obra es un símil del modo del que se reflexiona, acercándose para ver las evidencias del gran cambio que se intentan ocultar o hacer menos visible por el orden establecido.